Publicado el 21 May, 2016

RECETA Y BENEFICIOS DE LA SOPA DE MISO

La sopa de miso se cocina con los siguientes ingredientes:

– Aceite de sésamo
– Cebolla, zanahoria y col
– Alga wakame
– Agua
– Miso

Elaboración de una sopa de miso:

Poner una cucharada de aceite de sésamo en una cacerola. Saltear la cebolla, zanahoria y col. Añadir agua, alga wakame (5cm aproximadamente por persona) y cocer durante 20 min.

Cuando la sopa está preparada, añadir una cucharada de miso por persona y remover hasta que se disuelva sin que llegue a hervir.

Es una receta muy sencilla pero que genera muchos beneficios tomarla. Hay una leyenda en torno al miso que cuenta que fue un regalo que los dioses hicieron a la humanidad muchos siglos atrás. Con éste, le entregaron el elixir de la salud, la longevidad y la felicidad. Cientos de años después, el consumo de miso, un producto que se obtiene a partir de la fermentación de la soja y que destaca como fuente excelente de aminoácidos y enzimas naturales y probióticas, se ha expandido por todo el mundo.

receta de la sopa de miso

receta de la sopa de miso

Alimento estrella en la despensa macrobiótica

El equilibrio entre los principios del yin y el yang y de los cinco elementos son las bases de la filosofía japonesa macrobiótica, un modo de vida que entiende la alimentación como el gran aliado del equilibrio físico y emocional. Sin un buen balance de estos principios, ninguna persona podrá gozar de auténtica salud física y emocional.

Según el esquema macrobiótico, el miso destaca por sus cualidades magníficas como alimento estrella con predominio de la energía yang.

Pero, ¿cómo encontramos el equilibrio? La macrobiótica distingue entre el efecto yin (una energía fría y oscura) y el efecto yang (una energía caliente y luminosa). Todos los alimentos poseen las dos energías. Sin embargo, una de las dos siempre domina por encima de la otra. Del mismo modo que el equilibrio entre yin y yang rige las leyes de la naturaleza, una dieta saludable deberá buscar el balance entre estos dos polos opuestos, asegurándonos de que no nos pasamos por exceso o por defecto de ninguno de los dos pero teniendo en cuenta, a su vez, las necesidades específicas de cada individuo en cada momento, que irán cambiando de forma constante a lo largo de la vida.

  • Alimentos yin (energía fría, de expansión, volátil y superficial, que provoca dispersión y debilita): azúcar, miel, pan blanco, lácteos, bebidas alcohólicas, zumos no naturales, aceites refinados, leche de soja, de arroz y de avena, frutas tropicales, algunas verduras como las patatas, la berenjena, el tomate o la remolacha, etc.
  • Alimentos yang (energía caliente y contractiva, con un efecto acumulativo que tonifica): sal marina, huevos, carne roja, embutidos, pescado azul, cereales, legumbres, algas marinas, etc.
    Además del buen balance de estos dos grupos de alimentos, la macrobiótica entiende que una dieta saludable debe basarse en el consumo de alimentos ecológicos, de temporada y de proximidad, reduciendo el consumo de azúcares y harinas blancas, alcohol y otros tóxicos y aumentando la ingesta de alimentos integrales y alcalinizantes como las algas, el tamari o, por supuesto, el miso.

¿Te animas a incorporar la sopa de miso en tu dieta? A nosotros nos encanta empezar el día con una sopa de miso para preparar el organismo para la actividad del día. Cuando quieras ven a nuestro restaurante macrobiótico y podrás probar uno de nuestros desayuno, te sorprenderá…